Dónde comer omakase en CDMX: conoce OTTO
Otto es un espacio íntimo en Casa Hotbook donde el Itamae propone un recorrido por ingredientes de temporada y técnica depurada.
En el primer piso de Casa Hotbook, sobre una barra de apenas nueve asientos, OTTO despliega su propuesta de cocina japonesa con el rigor del detalle y la delicadeza que exige el omakase. Aquí no se elige el menú: se confía. La palabra japonesa —que significa “lo dejo en ti”— marca la pauta de una experiencia que avanza al ritmo de la temporada y de la inspiración del chef. Aquí la estética se repliega para dar protagonismo al Itamae, título reservado a los maestros susheros en Japón y al producto como punto de partida.

Una barra japonesa de nueve asientos y cocina sincera
En un contexto íntimo, la propuesta se concentra en la técnica, el corte preciso, la temperatura adecuada y el balance entre el arroz y el pescado. OTTO Omakase, la experiencia más amplia, se compone de nueve tiempos que se extienden durante dos horas. Cada uno incluye diferentes platillos, con un total de 23 piezas que atraviesan los matices del sabor japonés. Es un recorrido donde todo se desarrolla frente al comensal: sin ornamentos, sin artificios.
Quien opta por una experiencia más breve puede elegir entre Nigiri Omakase (una entrada, cinco nigiris y dos conos) o Nigiri Omakase Derakussu. El menú cambia según la disponibilidad del producto, pero suele incluir ingredientes como toro trufa, wagyu, callo de hacha, hamachi, kampachi, aleta azul, erizo y anguila. Cada uno se presenta en su mejor forma: nigiris, conos o sashimi que revelan matices sutiles de dulzor, salinidad y umami.
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A la carta: sobriedad, equilibrio y temporada
Para quienes prefieren explorar sin la estructura del omakase, el espacio exterior —con cuatro mesas— permite degustar la carta en un ambiente más relajado. El menú conserva el mismo enfoque técnico, con platos que respetan el orden natural de la comida japonesa.
Las entradas incluyen clásicos como sopa miso, ensalada de alga, edamames y ostiones frescos. Le siguen cortes de sashimi, una selección de conos envueltos en alga crujiente con arroz y pesca del día; y una carta amplia de nigiris, con más de 20 opciones que varían según la temporada y la pesca. Cada plato busca el equilibrio entre lo esencial y lo preciso: arroz templado, pescado fresco y cortes ejecutados en el momento.
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Ingredientes que cruzan el Pacífico y técnicas que respetan el origen
Buena parte de la materia prima llega desde Japón. OTTO trabaja con un proveedor en Ensenada que importa producto vía aérea hasta la Ciudad de México. A esto se suma la pesca nacional, también proveniente de Ensenada, seleccionada por su frescura, trazabilidad y respeto a los ciclos naturales.
El diálogo entre ambas procedencias es constante. Mientras el wagyu o el hamachi llegan del otro lado del Pacífico, el callo de hacha, el atún aleta azul o los ostiones se obtienen localmente bajo esquemas de pesca sustentable.

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Bebidas que acompañan sin protagonismo
El maridaje se piensa como acompañamiento y no como discurso paralelo. Se ofrece una selección de sakes de regiones como Niigata, Yamaguchi, Hyogo, Fukuji e Iwata, además de opciones de vino, cerveza artesanal y coctelería bien ejecutada. El maridaje incluye un coctel de bienvenida, cinco copas de sake elegidas según el orden de los platillos y un digestivo japonés para cerrar la noche.
Dónde: Monte Líbano 280, Lomas de Chapultepec, Miguel Hidalgo

